viernes, 17 de julio de 2009

GrupoMuu

Al entrar a esa redacción nauseabunda y apestosa, veo una mujer de unos 30 y tantos, 74 kilos, metro y medio de altura, granos en la cara y grasa en el pelo. Tenía los pies sobre el escritorio, unos pies gordos, estrangulados con unos zapatos rojos de charol con un taco monstruoso, un rodete que envolvía su pelo rojizo, y unos lentes aun mas rojos con la unión del marco con las patillas muy puntiagudo.
Al acercarme e interrumpir su sesión de manicura hecha por sí misma, simplemente sus ojos dejan de estar apoyados sobre esa lima con mango blanco, ya casi negro del uso, y simplemente los puso sobre mí, mirándome de pies a cabeza, le pregunto por el Sr. Franca y ella continuando con su mascado de chicle sabor a sandia con naranja, agita su cabeza hacia una puerta de madera, con un marco de vidrio esmerilado con una inscripción tachada que vagamente se leía “mantenimiento” y debajo de esta confusa mancha decía Sr. Franca, redactor en jefe.
Al acercarme escucho una melodía conocida, que después reconoceré como “Jesus Gonna Be Here” de Tom Waits, el abrir la puerta veo una oficina muy precaria, unas ventanas con persianas americanas, un perchero de pie ya oxidado y con la pintura saltada, una silla de cuero, cuarteada y rota y un escritorio de madera con vidrio con muchas hojas, libros y películas, y un vaso de whisky.
Veo al Sr. Franca, un cuarentón, pelado, con barba colorada/canosa de 4 o 5 días, panza, unos auténticos lentes culo de botella con marco dorado, un saco negro apolillado del cual debajo tenía una remera de zeppelín, unos pantalones de corderoy negros y zapatos cuasi ortopédicos, de cuero marrón.
Mientras seguía sonando Tom Waits, el Sr. Franca sin saludarme empezó a hablarme sobre mi empleo, poniendo pautas y consignas, mientras le tiraba dardos, a una foto de un Ben Fong-Torres. Después de un rato de hablar sobre mis tareas y mi salario, el cual será pagado en especias y whisky, el Sr. Franca cierra la reunión con una frase muy interesante: “No somos un blog pedorro, pero somos más volados que la Rolling Stone”

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